Aunque estas recomendaciones son para los odontólogos, y la mayoría de la gente que leerá este blog no lo son, lo cierto es que cuando los dentistas proponemos tratamientos o terapias o damos indicaciones de lo que puede necesitar o no un niño. Muchas veces no nos queda claro para qué sirve, cómo se hace y qué sentido tiene.

Por eso me parece interesante hablar de estas técnicas y productos que en ocasiones utilizamos, y cuál es la postura oficial al respecto. Eso no quita que debamos preguntarle al profesional para el caso concreto que nos atañe, pero si os puede ser de ayuda, estas son las pautas que nos marcan desde la Sociedad Española de Salud Pública Oral.

He de decir que tras leer esto, he cambiado de parecer respecto a los selladores oclusales (o selladores de fisuras). Me daba miedo eso de que quedara una caries incipiente debajo y produjera una destrucción mayor aún de la muela sellada; y también me daba miedo que su desprendimiento parcial creara una superficie retentiva bajo la cual comenzara una caries… pues bien, eran mitos de esos que se ha demostrado que son falsos.

FLUORUROS DE USO EN CLÍNICA

Productos fluorados de uso tópico: generalmente en forma de geles (en cuyo caso el niño debe ser perfectamente capaz de escupir) o de barnices que se adhieren al diente o se evaporan. Los barnices son más eficaces, por tanto los geles “quedarían condicionados a la no disponibilidad de productos más eficaces como el barniz de flúor”. Son particularmente útiles en pacientes de medio y alto riesgo con una frecuencia dependiente también de dicho riesgo (trimestral, semestral o anual). La aplicación de barniz es más fácil y más segura, siendo la medida ideal en menores de 6 años.

El fluoruro diamínico de plata es un tratamiento tópico que actúa como bactericida y como remineralizante a la vez. Pero el efecto secundario que tiene, una importante tinción muy oscura, hace que su uso quede relegado a molares y a dentición temporal (aunque el efecto cariostático en molares definitivos está fuera de toda duda). En España no está autorizado pero “algunos profesionales lo utilizan por su formación en países donde sí se encuentra comercializado.”

SELLADORES DE FISURAS

Los selladores de fisuras son una de las formas más eficaces y baratas de prevenir caries en las caras masticatorias de premolares y molares. Muchos dentistas no los utilizan por miedo a que bajo el sellador quede una caries no diagnosticada que se expanda fuera ya de control. Sin embargo, la evidencia científica indica que el sellador actúa como una barrera física que aísla la superficie de los microorganismos y de la acumulación de alimentos. Las bacterias que puedan quedar no sobreviven y no se pueden desarrollar. Otro miedo es que se desprenda parcialmente el sellador y eso signifique crear un área retentiva en el que aniden las bacterias. Pero no, en estos casos el molar con un sellador parcialmente roto tiene el mismo riesgo de caries que una muela sin sellador. Por lo tanto debemos reconsiderar seriamente los motivos por los que no ponemos selladores oclusales en pacientes de moderado o alto riesgo de caries.

CLORHEXIDINA

Es un antiséptico típicamente indicado para la gingivitis, porque reduce la carga bacteriana. La mayoría de los estudios no muestran que inhiba la caries, pero sí hay una referencia bibliográfica de alta calidad que encuentra una gran disminución de caries en molares de leche. No previene la caries si además no se aportan fluoruros, pero en combinación con éstos ayuda a bajar la incidencia de caries nuevas en niños.

XILITOL

Es un polialcohol que se utiliza como edulcorante. Está en controversia para diversos autores, sobre todo porque al administrarse fundamentalmente en chicles, que ya de por sí incrementan el flujo de saliva y eso disminuye la caries, no se sabe si esa disminución se debe únicamente al propio chicle. La evidencia de más alto nivel indica que se previenen las lesiones en niños cuyas madres son las que mastican chicles con xilitol durante los 3 primeros años de vida de sus hijos (4 chicles/día). Las toallitas de xilitol, cuya comercialización no está autorizada en España, parecen bastante eficaces pero el único estudio que lo demuestra parte de una muestra muy reducida de pacientes y con un seguimiento de un año. Es decir, se necesitan más estudios que demuestren su eficacia.

OTROS (sin evidencia clínica por ahora).

Prevención mediante sustancias remineralizantes no fluoradas: derivados de la caseína. La caseína es una proteína presente en la leche, y se relaciona con un efecto cariostático de los derivados lácticos (aquí no me queda otra que pensar que a lo mejor hay dentistas que mandan destetar, porque “produce caries” pero mandan estos productos porque “remineralizan” y entonces es cuando me doy de cabezazos contra la pared). Se ha patentado un producto con Recaldent® (CPP-ACP fosfopéptido de la caseína más fosfato de calcio amorfo), que está autorizado por la FDA como texturizante en chicles y como tratamiento para la hipersensibilidad dentinaria… pero ojo, porque nos lo están vendiendo para remineralizar dentina o esmalte, y para ese uso no está aprobado. Parece el típico caso de producto farmacéutico que como es muy bueno para X lo vendemos también para Y, porque total, la enfermedad X la tiene poca gente, pero la Y la tienen muchos y se parece mucho a la otra y podría ser extrapolable.. pero el hecho es que no hay estudios que lo avalen. Y por cierto, son bastante costosos. Ojo al tema, porque son una especie de dentífricos cuyo uso es muy complicado (sobre todo para niños menores de 6 años) pero nos lo están metiendo por los ojos los laboratorios como si les fuera la vida en ello. De momento la evidencia disponible es muy escasa.

Con respecto a la tintura de própoli, el agua de ratania, y los dentífricos caseros a base de arcilla blanca, árbol del té, la plata coloidal, el aceite de coco, etc., de momento no hay ninguna evidencia clínica disponible.