Muchas veces me preguntáis o me contáis que habéis llevado al niño a consulta y os han dado un plan de tratamiento que bla bla, que sedación, que bla bla, que nosecuántas pulpotomías, y nosecuántas coronas y nosecuántos empastes, que si está bien, que qué opino, que qué me parece.

Bien, no me parece ni bien ni mal. Me parece que la atención a un niño, hablamos de niños pequeños, normalmente menores de 3 años, va mucho más allá de lo que se refleje en un plan de tratamiento o en un presupuesto.

En 2009 se publicó este PROTOCOLO DE SEIS PASOS para una VISITA EXITOSA de CUIDADO DENTAL INFANTIL.

Los que nos dedicamos a estos pacientes hacemos estos 6 pasos casi sin darnos cuenta ni darle importancia; pero saltarse alguno de ellos puede dar lugar a conclusiones erróneas sobre el estado de salud presente y a no proporcionar los recursos adecuados para el control de la enfermedad a los padres y cuidadores.

Estos 6 pasos son:

1.- Valoración del riesgo de caries: utilizar formularios de entrevista como el CAMBRA permite a la familia, y al profesional, valorar el riesgo de desarrollo de caries en el niño y  adecuar al caso las medidas preventivas. Valorar el riesgo de caries no es ver al niño mamando en la sala de espera y mandar destetar. Valorar el riesgo de caries es atender a factores como:

  • Salud general; medicación de uso crónico.
  • Utilización de flúor (alimentación, agua, dentífricos…)
  • Hábitos higiénicos en los padres, última visita al dentista y motivo. Llama la atención cómo los padres con mucha frecuencia van al dentista “cuando les duele” y las madres “anualmente”.
  • Historia dental previa: no hay mejor predictor de caries futuras que tener caries pasadas.
  • Frecuencia de consumo de azúcares E HIDRATOS DE CARBONO FERMENTABLES (zumos, aperitivos, entre horas, postres, recreos…)
  • Utilización de biberón y qué se le pone al biberón y cada cuánto se utiliza.

2.- Colocación adecuada del niño para poder explorarlo:

  • Rodilla con rodilla: es la forma habitual de exploración en menores de 3 años.
  • En el sillón dental encima de la madre/padre en mayores de 3 años.
  • En el sillón solos (con la madre al lado), si ellos van espontáneamente a sentarse ahí, que no es tan raro.

En el primer caso, la posición es con el dentista sentado en una silla normal, me vale una silla de colegio, y el padre/madre enfrente, en otra silla, como si fueran a jugar a las cartas pero sin mesa, rodilla con rodilla. El niño a caballito, a horcajadas, mirando al padre (dando la espalda al dentista), para TUMBARSE encima del dentista, sin perder el contacto visual con su progenitor. El padre sujeta suavemente las manos del niño para que éste en un movimiento intempestivo no se haga daño con algún instrumento. El dentista retira los labios y los mofletes para ver bien la cara externa de dientes y muelas y luego con un espejo, la cara interna.

3.- Explicación sobre la técnica de higiene. En esa posición se aprovecha para explicar la técnica de cepillado. Así tienes una visión muy buena de la arcada superior y de la inferior sin necesidad de desnucar al niño (como cuando tratamos de cepillar los dientes desde delante, sin tener la cabeza apoyada en ningún sitio) ni de hacer contorsionismo.

Es muy recomendable llevar el cepillo de dientes del niño a la consulta, por cierto, para ver las características del mismo y para mostrar la técnica mejor.

4.- Examen clínico de la cavidad oral. Es el momento de observar todos los detalles. Es muy recomendable la técnica “decir-mostrar-hacer”. Muy habitualmente el bebé llora, porque no le gusta estar tumbado, porque no le gusta mi cara, porque está recién despertado de la siesta, o con hambre, o estaba tan tranquilo jugando en la sala de espera. Bien. Llorar es su forma de expresarse. Con un poco de experiencia padres y profesionales sabemos qué quiere decir con el llanto, y no será lo mismo un niño que llora porque estaba dormido que otro que hace tres días se partió los dientes y tiene aún toda la zona inflamada. Seremos consecuentes y cuidadosos con cada niño adaptándonos a sus circunstancias, pero entendiendo que hay que explorar, que para eso los padres han traído al niño. Así, podremos ver:

  • Dientes erupcionados. Al niño le explicaremos que “vamos a contar sus dientes”.
  • Alteraciones estructurales, manchas, hoyitos, fisuras, fracturas, caries, restauraciones existentes
  • Encías, presencia de gingivitis, tejidos blandos, frenillos, lengua, paladar.
  • Oclusión (en la medida de lo posible, tumbado no es la mejor opción pero si puede verse a grandes rasgos si hay algo muy muy evidente).

5.- Tratamiento con barniz de flúor.

A los niños clasificados como de medio o alto riesgo se les recomendará la aplicación de flúor tópico cada 3 meses, INCLUSO aunque vivan en una zona con el agua fluorada artificialmente.

6.- Guía anticipatoria y consejos de autocuidado.

La visita debería acabar con una nota positiva, felicitar al niño por su colaboración SIEMPRE, darle algún detallito, una pegatina, un dibujo, etc.

A los padres se les debe proporcionar información sobre cosas que peuden pasar en el futuro, hasta la próxima visita, y cómo actuar:

  • Si es necesario el hilo dental o modificar en algún aspecto la técnica de cepillado, por ejemplo por un frenillo labial que dificulta la higiene.
  • Utilización de productos o suplementos fluorados, o con xilitol, etc.
  • Hábitos a la hora de dormir: que el niño no permanezca acostado siempre del mismo lado, si mama de un solo pecho, cambiar al niño de posición frecuentemente. Recomendaciones sobre el uso del chupete, del biberón, etc.
  • Recomendaciones en cuanto a frecuencia, textura y características de la alimentación. Si es necesario, pedir un registro semanal para evaluar sobre él el riesgo de caries.
  • Prevención de traumatismos: avisar de las edades en las que son más frecuentes las fracturas dentales, qué hacer en caso de traumatismo, etc.

Así que cuando vayáis por primera vez a la consulta dental con un niño pequeño (sí, ya sé que hay dentistas que dicen que hasta que no tengan 6 años «para qué lo vas a traer»: sin comentarios. Corred en dirección contraria.), observad que estos pasos se tienen en cuenta.

Si en un plan de tratamiento se explica que hay que hacer un nosequé y tres quéseyo, si PREVIAMENTE se han estudiado los factores de riesgo, el POR QUÉ ha aparecido la enfermedad y COMO PREVENIR que vuelva a aparecer, será correcto, independientemente de si es con anestesia general o sin ella, con coronas, sin coronas, con extracciones, sin ellas… Y si NO se tiene en cuenta todo este estudio previo, haceos cuenta de que la enfermedad VOLVERÁ A APARECER, y entonces el tratamiento será más largo, más costoso y con peor pronóstico.

En la primera visita normalmente es cuando se decide todo. Si en la primera visita se limitan a dar un plan de tratamiento, un presupuesto y cita para la siguiente, posiblemente se hayan quedado sin estudiar factores que serán determinantes en el éxito a largo plazo de cualquier cosa que hagamos.

http://www.uclaoralhealthprogram.org/uploads/2/4/0/4/2404768/six_step_protocol_for_a_successful_infant_oral_care_visit.pdf Six Step Protocol for a Successful Infant Oral Care Visit. By Francisco Ramos-Gomez D.D.S., M.Sc., M.P.H. and Man Wai Ng D.D.S., M.P.H

Imágenes obtenidas en:

http://healthyteethhealthykids.org/knee-to-knee-exam/

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